quarta-feira, 16 de setembro de 2009

Tu tens o relógio, eu tenho o tempo!

Pensei em traduzir esta entrevista que me enviaram e que acho fabulosa... mas penso que ia perder o significado, a alma.
Como tal, transcrevo na integra, como me foi transmitida, pois adorei e acho que é algo que toca qualquer pessoa que a leia.

Para quem não sabe, aqui fica a definição da Wikipédia do que são Tuaregs:

Origem da Palavra
A palavra árabe "Tuareg" significa "abandonados pelos deuses". Talvez por isso prefiram chamar a si mesmos por Imouhar(en), Imashagen (Os Livres) ou Kel Tamasheq - os que falam Tamasheq - e se identificamn como Tamust - a Nação.

Porém pode derivar de "Targa", que é uma cidade no sul da Líbia, numa região chamada "Fezzan". A região que aparentemente sempre viveram é no noroeste africano, principalmente no deserto do Saara, do sul da Argélia ao norte de Mali no lado leste da Nigéria. Podem ser encontrados, todavia, em praticamente todas as partes do deserto. A língua Tamasheq é o principal elo que os caracteriza como povo em comum, mais do que a raça ou linhagem genética. Provavelmente têm parentesco com egípcios e Marroquinos, com quem compartilham trechos culturais e a religião Muçulmana. Mas não são árabes, são "Berberes" e usam esse alfabeto.

Costumes
Usam a linhagem materna embora não sejam matriarcais. São os homens que não dispensam um véu azul índigo característico, o Tagelmust, que usam mesmo entre os familiares. Dizem que os protege dos maus espíritos, e tem a função prática de proteger contra a inclemência do sol do deserto e das rajadas de areia durante suas viagens em caravana. Usam como um turbante que cobre também todo o rosto, exceto os olhos. As comunidades de tuaregues têm por norma oferecer chá de menta aos grupos de turistas.

Hierarquia
Sob uma distinta hierarquização formada por castas que descendem da tradicional rainha guerreira Tin-Hinan e seu companheiro Takama.

A casta nobre, Imajeren, são os guerreiros. Portam a tradicional espada Takoba, cujo formato lembra muito as espadas medievais das cruzadas. Há pequenas distinções no formato e detalhes entre as espadas de acordo com a região de origem ou dos artesãos-ferreiros que as fazem. A lâmina larga de dois gumes tem um friso longitudinal e o punho é guarnecido por uma peça rectangular, que lembra uma cruz.

A religião fica a cargo dos Ineselmen, que significa os Muçulmanos, cuidado da observação das leis do Corão. Desde o século XVI os Tuaregs tem sido Muçulmanos. Exercem sem muito rigor, devido, principalmente pelo nomadismo, que os impossibilita de algumas obrigações, como do Ramadão. Combinam a tradição Sunita (Maliki madhhab) com algumas crenças pré-islâmicas animísticas, como a presença dos espíritos Kel Asuf e a divinização do Qur'an.

Os "Homens Livres" (Imrad) são a maioria e se dizem descendentes de Takama. Imrad significa "povo das cabras". Podem ter sido Berberes, que viviam nas regiões de Ajjer, Ahaggar e Adrar-n-Iforas, que, dominados pelos Imunan quando sua própria nobreza, Uraren, se rebelou contra os Imunan.

Os escravos, chamados de Iklan, são compostos por descendentes dos antigos cativos. Desde a dominação francesa em finais do século XIX não é permitida a escravidão. Mesmo assim eles permanecem numa quantidade considerável e têm as suas subcastas.

O Passado
Antes de se tornarem pacíficos como são actualmente, os Tuaregues cobravam pedágios altíssimos dos outros viajantes, assaltando e massacrando os que deixavam de pagar. Em 1946, com a chegada de novos governos, eles entraram em guerra por sua liberdade (o que acabou com aproximadamente quarenta mil Tuaregues mortos, incluindo mulheres e crianças). Agora dedicam-se principalmente à música, ao artesanato e ao pastoreio de animais como os dromedários

Importante
Vivem constantemente em conflito, pois querem expandir suas terras; para tornar-se um país, e assim ficar independente.

TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO
entrevista realizada por VÍCTOR-M. AMELA a
MOUSSA AG ASSARID


No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo

- ¡Qué turbante tan hermoso...!

- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

- Es de un azul bellísimo...

- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.

- ¿Por qué?

- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?

- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

- ¿Cuántos son?

- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?

- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?

- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..

- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

- ¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?

- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

- Y lo logró.

- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad. ..!

- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

- Fascinante, desde luego...

- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

- Qué paz...

- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

1 comentário:

Anónimo disse...

Adorei a entrevista.. as palavras.
Obrigado pela pertilha :))

beijinhoss

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